Las brechas de salud y educación entre hombres y mujeres a nivel global se han cerrado en 96% y 95% respectivamente, la económica solo lo ha hecho 59%. Esta realidad tiene implicaciones sociales y de crecimiento económico. No obstante, la cultura machista, arraigada por siglos, es la más difícil de romper.

De acuerdo con el Banco Mundial, una mujer gana 24% menos que un hombre por el mismo trabajo y solo la mitad logra conseguir empleo. Además, 6 de cada 10 mujeres trabajadoras tienen bajos ingresos al pertenecer a sectores de baja productividad.

Entre 1980 y 2010 la participación laboral femenina se incrementó 20% en 60 países. Esto ha generado un cambio de actitud hacia las mujeres por parte de los hombres; desafortunadamente aún existen barreras difíciles de erradicar. Poco se reconoce su trabajo en el hogar.

Por otro lado se debe hacer mención del número de casos de mujeres maltratadas, como se refleja que en el 2015, hubo 74.972 denuncias por ese delito. Y, en una sociedad en la que muchas mujeres prefieren callar, es imposible dimensionar el número real de casos de maltrato.

Al ritmo actual la brecha económica en materia de géneros tardaría 118 años en cerrarse, y el número de denuncias por mujeres maltratadas es alto. Debemos actuar. Tanto hombres como mujeres les corresponde hacer su mayor esfuerzo para erradicar el machismo de su imaginario. La batalla es de todos.